Un cultivo “no tradicional”…que quiere abrirse paso en Quisqueya

Cultivo de Alcaparras...una brecha en el difícil mundo para la agricultura competitiva de hoy!
“La visión del futuro es una cualidad imprescindible, para generar estrategias que nos lleven al éxito en cualquier actividad a emprender y lograr objetivos satisfactorios”.
Autor: Ing. Agrón. Nelson Sánchez Riverón, M.Sc.
En 1975 cuando me desempeñaba como Encargado de la Zona Agropecuaria de Santiago, tuve la oportunidad de visitar una mini parcela de introducción experimental, (si mal no recuerdo propiedad del colega Ing. Agrón. José Expedito Pou Aybar); donde había sembrado dos cultivos “no tradicionales”, propios de zona de vida de bosque seco: El cultivo de Alcaparra (Capparis spinosa, L) y el cultivo de Orégano (Origanum vulgaris L). Lamentablemente estuvo mal ubicada, primero por lo referente a la zona de vida, y segundo por la localización en un meseta baja de la orilla sur del Rio Yaque (expuesta a las crecidas e inundaciones del rio), a la altura de la antigua Fortaleza San Luis, Santiago,de los Caballeros, República Dominicana.
Localización de la mini parcela de introducción del cultivo de alcaparra en 1975:
En el 2012 Manuel Rodríguez Lora médico cirujano de profesión -en retiro- le surgió la idea de embarcarse en el primer proyecto de Alcaparra, sembrando 18 tareas en la comunidad de Cabeza de Toro, Guayubin, Montecristi y los resultados obtenidos parecen ser positivos. Las plantas fueron traídas de Argentina en abril de 2012, pasaron dos meses en un vivero para que repollaran y echaran hojas y tres meses después fueron llevadas al terreno donde se encuentran actualmente. “El único enemigo de este cultivo es el agua y el frío. Aquí, afortunadamente ninguno de los dos ataca mucho. La planta tiene la característica de que al mes o mes y medio de usted sembrarla empieza a arrojar resultados. Y esos resultados son positivos” (El Caribe, 2013).
Dr. Manuel Rodríguez Lora en la parcela de Cabeza de Toro, Guayubin, Montecristi:
¿Qué debemos saber sobre este cultivo?
La alcaparra (Capparis spinosa L), perteneciente a la familia Capparidaceae. La palabra alcaparra procede el árabe hipanico alkappárra, que a su vez procede del griego κάππαρις (Osses, Diego y Botti, Claudia, 2001).
La especie spinosa, alude a las espinas que aparecen en la base de las hojas de la planta (como casi todas las plantas de la zona de vida perteneciente al bosque seco).
La alcaparra es originaria de Asia, la cual fue introducida Europa por los griegos, extendiéndose posteriormente a todo el mediterráneo, donde crece espontáneamente cuando las condiciones del clima y suelo son óptimas para su desarrollo (C. Y. Wu, P. H. Raven & D. Y. Hong 2008).
Alcaparrones:
Alcaparras:
Las alcaparras normalmente se consumen encurtidas.
Características de la planta
Es un arbusto semileñoso de morfología muy variable según la variedad y las condiciones de crecimiento, pero que normalmente no suele superar los 50 cm de altura, con ramas inicialmente erguidas pero con tendencia a extenderse posteriormente postradas a ras de suelo en una superficie de varios metros cuadrados. Posee hojas alternas y simples, enteras, pecioladas, gruesas y redondeadas. Las ramas poseen unas afiladas y leñosas estípulas, transformadas en espinas, de hasta 1 cm de longitud que hacen muy difícil y laboriosa la labor de recolección de las alcaparras (Bond, Robert E. 1990).
Sus llamativas flores son de pétalos blancos o rosados y con largos estambres con anteras de color violeta. Son axilares: nacen en las intersecciones de las hojas con el tallo, sostenidas por pedúnculos regulares (Osses, Diego y Botti, Claudia, 2001).
De este arbusto se utiliza laraíz, lacorteza, los capullos florales (denominados alcaparras) y los frutos inmaduros (conocidos como alcaparrones). Aunque no es una planta medicinal en sí misma, tiene algunas propiedades terapéuticas.
La plata es una dicotiledónea perenne caducifolia o subarbustiva, típica de bosque seco y muy rustica. Su parte aérea está formada por tallos tiernos, los cuales se producen cada año, brotando de su base leñosa; su desarrollo es de tipo rastrero (planta cundidora) y que pueden alcanzar hasta 3 metros de largo (Domínguez Pizarro, Noelia, 2013).
Crece 40 a 50 centímetros de altura y la raíz puede llegar a una profundidad de 10 metros. A los tres meses, la planta comienza a dar sus primeros frutos, alcanzando una producción máxima al cuarto año. Es perenne como las que más, con una vida útil entre 30 y 50 años (Osses, Diego y Botti, Claudia, 2001).
Zonas de cultivo
Su cultivo la ha extendido por muchas regiones secas y cálidas del mundo, como algunas áreas de Australia y Sudamérica (Luna, Francisco y Pérez, Vicente. 1985). Y ahora en República Dominicana.
Suelos
«Eso se da hasta en los basureros»!!…no crea ese argumento…es de tierras de bosque seco…pero como todo cultivo, necesita terrenos fértiles (preferiblemente Aluviales)…como los de “La Línea” Noroeste en la Provincia de Montecristi, Baní, Azua, Enriquillo, Oviedo y Neyba, República Dominicana…pero con agua…porque para «establecerse»…y crecer saludablemente por lo menos el primer año.
El pH para esta especie puede fluctuar entre 6,1 a 8,5 Se ha determinado una gran tolerancia natural de esta especie a terrenos salinos y a suelos de terrazas marinas. La planta de alcaparra puede crecer bien en suelos pobres pues tiene la habilidad de maximizar la absorción de nutrientes (Osses, Diego y Botti, Claudia, 2001).
Exigencias hídricas
Las temperaturas medias anuales de las áreas bajo cultivo están por encima de los 14o Celsius (preferible entre los 25oC a 35oc), y las lluvias varían desde los 200 mm/año a los 680 mm/año (Melgarejo y Salazar, 2000).
Exigencias térmicas y lumínicas
La alcaparra es una planta termófila, cuyas exigencias térmicas a lo largo del ciclo biológico son temperaturas moderadas durante la germinación; temperaturas altas durante el verano (para alcanzar el máximo desarrollo y producción, siempre que las necesidades hídricas puedan ser cubiertas. En cuanto a exigencias lumínicas, se obtienen los mayores rendimientos en aquellas zonas de veranos calurosos, con alta iluminación y días largos [como en el bosque seco en Montecristi] (Melgarejo y Salazar, 2000).
Variedades
Hay dos variedades, la Fullas y la Tondinos, que son muy productoras y fáciles de adaptar a cualquier terreno, siempre que estén bien drenados. No existen diferencias de rendimiento entre ambas variedades, sólo que las Fullas son arbustivas y sin espinas, ocupan menor espacio que las Tondinos que son rastreras. La plantación en camellones, puede ser una técnica para evitar los problemas de anegamiento. Cuando se tienen plantas rastreras, éstas toman un gran porte y llegan a ocupar un diámetro superior a los tres metros cuando son adultas (Costa, Rubén O. y Rossi, Mariano M. 2005).
Marco de siembra
2.5 metros entre plantas x 2.5 metros entre hileras [1,600 plantas por hectárea]=(100 plantas por tarea ((Melgarejo y Salazar, 2000)
• Una hectárea=10,000m2
• Una tarea =625m2 (25m x25m)
Poda
En invierno [de noviembre a febrero, se cortan los tallos, dejando dos o tres centímetros de estos a partir de la cepa. En esta operación es conveniente utilizar las tijeras de podar con mangos largos, a fin de no pincharse con las espinas de la planta.
Después de la poda, se retiran los tallos, cubriendo la cepa unos 10-15 centímetros de tierra (Massa y Luna, 1985).
Multiplicación o Propagación
a) Por semillas
La germinación de las semillas de alcaparra es epigea, propia de especies que germinan en climas cálidos o, en los templados, a finales de primavera y principios de verano, con temperaturas adecuadas para realizar la fotosíntesis. Las semillas con nacencia epigea se adaptan mal a los suelos compactados en superficie. En las plántulas denominadas epigeas, los cotiledones emergen del suelo debido un considerable crecimiento del hipocotíleo (porción comprendida entre la radícula y el punto de inserción de los cotiledones). Posteriormente, en los cotiledones se diferencian los cloroplastos transformándolos en órganos fotosintéticos y, actuando como si fueran hojas. Finalmente comienza el desarrollo del epicotíleo [porción del eje comprendida entre el punto de intersección de los cotiledones y las primeras hojas] (Azcón-Bieto y Talón, 200).
b) Por esquejes (parte vegetativa)
Vegetativamente se puede propagar por tallos o por división de raíz. Por tallo no es muy alto el rendimiento, pero se realiza la corta de tallos herbáceos cuando se inicia el receso vegetativo de la planta, aproximadamente de 40 cm, y se colocan en agua un mes luego se entierran las 2/3 partes y se trasplantan al año siguiente.
Por división de raíces, directamente en invierno se desentierra la planta y se corta una sección de raíces, que se colocan en el lugar definitivo.
Los arbustos de alcaparra crecidos a partir de esquejes tienen una ventaja sobre las plantas propagadas a partir de semillas, porque son genéticamente idénticas a sus progenitores. Esto impide gran variación en la producción y calidad (Domínguez Pizarro, Noelia, 2013).
Control de malezas
La presencia de éstas dificultan las labores de cosecha, además de competir fuertemente con el cultivo por la captación de agua, nutrientes, luz y por el espacio físico disponible (Roche Mármol, José, 1967).
Recolección
La recolección debe iniciarse en las primeras horas de la mañana y en las últimas horas de la tarde, para evitar que los rayos solares afecten la calidad de los capullos florales recolectados (Roche Mármol, José, 1967).
Esta labor debe hacerse una vez por semana (al inicio de la primera floración) pero debe incrementarse una vez se haya estabilizado, con recogidas interdiarias; las cuales deben hacerse cuando los botones estén pequeños [existe una relación directa entre tamaño de los botones y la calidad, mientras más pequeños mayor valor, (Roche Mármol, José, 1967).
Rendimientos por cosecha
Un Cultivo de alcaparra en plena producción (4to. Año) puede estar en el rango de 1.0 a 4.0 kgs de botones florales por planta, lo que equivale a un rendimiento que fluctúa entre 2,600 a 5,000 kg/ha (Costa, Rubén O. y Rossi, Mariano M.; 2005). Transfiriendo estos datos a kg/tarea tendremos: 164 kg a 315 kg/tarea, respectivamente.
Una planta de alcaparra produce en promedio unos 1.0 a 4.0 kilos/año, de este producto. Vendido a precio de US$1.00 el kilo (RD$45.50), y sabiendo que en 1 (una) tarea se siembran 100 plantas, la producción bruta/tarea sería de 400 kilos de alcaparras/año (Luna, Francisco y Pérez, Vicente. 1985).
Manejo Post Cosecha
Este proceso se debe realizar luego de 24 horas de efectuada la recolección como máximo. Comprende una limpieza de hojas, ramillas, pedúnculos y botones rotos, muy desarrollados o que estén próximos a su apertura.
Etapas:
1) Fermentación
Comienza al sumergir las alcaparras en salmuera. Al finalizar la fermentación, el pH de la solución ha descendido lo suficiente como para detener el desarrollo de microorganismos no deseables.
2) Calibrado
Una vez finalizada la fermentación, se separan las alcaparras en los diferentes calibres (tamaños) comerciales.
Procesamiento
• En salmuera:
Las alcaparras se sumergen dentro de toneles plásticos o barriles con salmuera de máximo 25o Baumé de concentración (27% del peso de la solución es sal), colocándolos al sol por un lapso de 25 a 30 días hasta que se haya completado la maceración se renueva la salmuera (Montero Fraga, Manuel, 2003).
• En Vinagre:
Se efectúa una inmersión total de las alcaparras en vinagre de vino (ácido acético), con una acidez no inferior a 4%, añadiendo un litro de vinagre por cada kilogramos de producto. Así se mantienen durante un mes, debiéndose añadir más vinagre Así se mantienen durante un mes, debiéndose añadir más vinagre completarlas pérdidas por evaporación (McGee, Harold, 2004).
Análisis de Riesgos
La productividad por tarea está íntimamente relacionada con las variables agroclimatológicas. Desde el punto de vista económico deben determinarse los factores que garantizan una adecuada rentabilidad (Tasa Interna de Retorno (TIR), Valor Actual Neto (VAN) y la Relación Beneficio/Pérdida [R=B/C] (Costa, Rubén O. y Rossi, Mariano M.; 2005).
Bibliografía consultada:
- Azcón-Bieto, J., M. Talón. 2000. Fisiología y bioquímica vegetal. McGraw Hill Interamericana, Barcelona, España
- Bond, Robert E. 1990. The Caper Bush. The Herbalist.V56, 77-85pp.
- C. Y. Wu, P. H. Raven & D. Y. Hong 2008. Flora of China (Menispermaceae through Capparaceae). 7: 1–499. Science Press & Missouri Botanical Garden Press, Beijing & St. Louis.
- Costa, Rubén O. y Rossi, Mariano M. 2005. Alcaparras. Proyecto Tesis de Grado. Universidad del CEMA, Santiago del Estero, Argentina.
- Domínguez Pizarro, Noelia, 2013. Estudio para la mejora de la propagación sexual de la alcaparra (Capparis spinosa, L). Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural., Departamento de Producción Vegetal. Universidad Politécnica de Valencia, España. 47p en pdf.
- http/www.elcaribe.com.do/2013/02/13/abre-espacio-cultivo- alcaparra#sthash.C4KQJ5SC.dpuf
- Luna, Francisco y Pérez, Vicente. 1985. Tapanera o alcaparra: Cultivo y Aprovechamiento. Editorial: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Primera Edición. España.
- Massa, J., Luna, F. ,1985. Cuidados de cultivo a la tapenera. Servicio de Extensión Agraria de Murcia, Hoja divulgadora núm. 3/85. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Madrid, España.
- Melgarejo, P., Salazar, D. 2000. Tratado de fruticultura para zonas áridas y semiáridas. (Volumen I: El medio ecológico, la higuera, el alcaparro y el nopal). Mundi-Prensa, Madrid, España.
- Montero Fraga, Manuel, 2003. Salazón y Secado de Pescados. Tesis de Grado. Universidad de Las Palmas de Gran Canarias, España.
- McGee, Harold, 2004. On Food and Cooking (revised edition). Nueva York: Scribner. ISBN 0-684-80001-2.
- Roche Mármol, José, 1967. Cultivo del Alcaparro o Tapanera. Hojas Divulgativas No.14-67H. Publicaciones de Divulgación Agraria, Bravo Murillo 101, Madrid, España
- Osses, Diego y Botti, Claudia, 2001. La Alcaparra (Capparis spinosa L). Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Agronómicas.